- Reducción y simplificación del sistema fonológico.
- Retraso en la adquisición de determinadas categorías morfológicas.
- Incorporación lenta de las marcas flexivas, que varían y precisan el significado de las palabras.
- Predominio de oraciones con pocos elementos.
- Frecuentes errores de concordancia entre los elementos de las frases.
- Incorporación lenta de palabras al vocabulario.
- Dificultad para recordar el término con el que se denomina al referente.
- Dificultad para establecer relaciones entre palabras que pertenecen a una misma categoría semántica.
- Escasa participación espontánea en situaciones de conversación colectiva.
- Dificultad para iniciar y mantener turnos conversacionales.
- Habilidades comunicativas limitadas.
Los niños con este trastorno presentan mayores dificultades que otros, para el aprendizaje de la lectoescritura y para las tareas escolares en general. Es por esto que podemos considerarlos un grupo de riesgo de cara al fracaso escolar.